A través de 47 páginas se enseñan los asuntos relativos al sexo de manera cruda, muchas veces grosera, incitante a las curiosidades morbosas y al sexo. El texto es propicio a deformar las jóvenes mentalidades en tan delicada materia.

 Absolutamente no es posible reproducir aquí muchos de los temas y términos abordados. Lo que sí se puede analizar es la filosofía que justifica el enfoque dado y la antimoral que enseña.

A pesar de que la materia hace parte de las "ciencias naturales", el libro sustenta posiciones que se contraponen al orden natural. Afirma que, de manera diversa al reino animal, la sexualidad en el hombre es una "opción"; "es algo que aprendemos, que es influido por nuestra cultura"; "algo que se va elaborando durante nuestro crecimiento, a través de un proceso de aprendizaje muy influido por la cultura en la que vivimos".

B. Se puede escoger libremente el modelo de sexualidad que se quiera

Por ese aprendizaje se obtienen "comportamientos diversos: heterosexuales, homosexuales, etc.". Así, dice el libro, atribuimos funciones, maneras y cualidades a un determinado sexo --masculino o femenino-- "aunque no tengan ninguna base biológica, sino simplemente cultural".

De estas distorsiones de la verdad se pretende deducir que no existe un orden natural, una verdad o error, una cosa buena o mala, en materia de sexo. Todo depende de la forma de "cultura" que se quiera adoptar. Menos se puede tolerar una moral que se deduzca de la naturaleza humana y su dignidad ni del orden del universo establecido por Dios, su creador.

Todas las abominaciones quedan así justificadas reducidas a "opciones personales", pues, sentencia la obra, "la sexualidad [...] es un producto de la educación y la cultura, que cada individuo desarrolla y vive de una manera personal y de la que optativa y eventualmente se puede derivar la procreación".

Una vez establecido el "dogma" de que la sexualidad es optativa, la obra pasa a criticar "nuestro modelo" y a exaltar tipos de sexualidad de tribus primitivas o de los punkis actuales. Esclarecemos que cuando el texto perora contra el "modelo vigente" y la "cultura actual", no se refiere a la tremenda permisividad que está corrompiendo nuestra sociedad, sino a las costumbres que aún quedan de ordenadas, puras y sanas.

Veamos a algunas muestras textuales:

  • "En nuestra cultura impera un modelo de sexualidad que nos condiciona y nos lleva a mostrar gusto y preferencias que en otras culturas no son admisibles".
  • "En las tribus primitivas contemporáneas africanas, hay una enorme cantidad de datos del comportamiento sexual en centenares de ellas (sic). La variedad de conductas sexuales es la nota dominante: (se enumeran a seguir minucias impropias a ser transcritas)... algunas investigaciones han revelado la existencia de sociedades en las que lo normal es la sodomía...".
  • "En la Polinesia Central, los mangaia, disfrutan de una enorme permisividad sexual". (Siguen descripciones al respecto).
  • "En Melanesia, se ha estudiado una forma institucionalizada de homosexualidad... Hay una forma tolerada de homosexualidad entre adultos y adolescentes... aceptándose, para el hombre, las aventuras extramatrimoniales".

- "Los punkis eliminan las diferencias habituales entre sexos".
- De manera escabrosa, el libro habla de los mitos fálicos.

C. Dos medidas diferentes para analizar las "opciones sexuales"

En cuanto se buscan con pinzas los "modelos" más exóticos de sexualidad, se muestra de modo incompleto y despreciativo "el modelo sexual imperante en nuestras sociedades occidentales". Por ejemplo, se afirma que en ellas:

"La sexualidad se considera como algo pecaminoso... La sexualidad se considera como un ´instinto´ peligroso... La sensualidad se entiende como sinónimo de ´genitalidad´... La sexualidad,... en las conversaciones sociales, familiares o escolares, se considera impertinente o de ´mala educación´... Negando la sexualidad infantil y la senil... La existencia de una doble moral para hombres y mujeres".

En un recuadro especial del libro, (p. 155), se insiste en la idea de un modelo sexual que "se ha venido imponiendo culturalmente... que nos hace admitir como ´aceptables´ ciertos comportamientos sexuales y ´rechazables´ otros... lo que a veces nos supone una limitación en la libre adopción de pautas personales de comportamiento sexual".

De ahí se siguen nuevos ataques al "modelo dominante", como discriminatorio, sexista, machista, de haber "potenciado una diferenciación injusta de papeles entre el hombre y la mujer", etc. En cambio, ninguno de los casos de perversión de tribus primitivas que se narran, se le hacen estas ni otras críticas.

La consideración por la institución de la familia es disminuida y desdeñada: "el código moral que nos inculca la familia y el entorno social y religioso en que vivimos, nos obligan a seguir unas reglas para canalizar nuestra sexualidad dentro de una estructura social llamada familia, que en nuestra cultura se organiza en torno del matrimonio, especie de trato legal (y en su caso también religioso) entre dos personas (monogamia) de diferente sexo (heterosexual) que se comprometen a cuidarse, respetarse y amarse mutuamente ante los ojos de la sociedad... en sus raíces la orientación de la familia era fundamentalmente práctica y económica..." (!).

D. Deja la impresión de que todas los actos impuros son normales y corrientes

La obra se empeña en dar a los niños la impresión de que lo que es normal es el comportamiento inmoral: "es erróneo considerar que la sexualidad sólo se da en el matrimonio. De hecho, casi todas las parejas comprometidas (novios) tienen unas relaciones prematrimoniales de tipo sexual... Muchos jóvenes han tenido relaciones sexuales fuera del compromiso matrimonial. La prostitución... es otra vía por la que muchos han canalizado su sexualidad... Algún miembro o ambos de un matrimonio pueden llegar a tener relaciones extramatrimoniales...". "La masturbación es una de las formas de expresión de nuestra sexualidad... el 66% (de las personas) la practica o la ha practicado".

E. De la permisividad  inicial, el libro pasa al dogmatismo anticastidad

La obra que al comienzo argumentaba  con la necesidad de estar abierto a todos los "modelos" en materia de sexualidad y a no sujetarse a la moral imperante, pasa después a enseñar sus propios "Mandamientos". No revela, entretanto, de qué ciencia, filosofía o religión deduce su moral. Queda enteramente claro, eso sí, que su ética es diametralmente opuesta a la Ley natural y a la moral cristiana. Afirma el texto a respecto de la sexualidad:

  • "Es fundamental que esta función se realice de manera sana, con plena libertad, aceptando nuestras opciones, previniendo el embarazo no deseado".

  • "No todas las personas tienen por qué adoptar un comportamiento heterosexual".

  • El libro, ex autoritate propia, establece cuáles son las limitaciones a la libertad sexual: "nuestra libertad sexual se ve pues limitada por el respeto a la otra persona. Cuando sobrepasamos este límite, nos hallamos en una situación inmoral".

  • Pasa aún a solucionar problemas de consciencia: "No debemos sentir culpabilidad alguna por autoestimularnos".

  • Sobre prácticas sexuales antinaturales, el escrito, transformado en manual de moral, afirma gratuitamente: "estas prácticas no han de considerarse como inmorales o perversas, sino que son el fruto de la capacidad de la especie humana de enriquecer su sexualidad".

  • Todavía aconseja que "la pareja (no matrimonial) puede llevar a cabo el acto sexual. Para su realización es importante que se tenga en cuenta las posibles consecuencias (quedar la mujer embarazada), de forma que, según los casos, se facilitará o se impedirá (con algún método) la concepción.

  • Queriendo imponer a los jóvenes su propia "cultura", la obra también sostiene que "traer hijos al mundo, cuando lo único que se ha pretendido en una relación sexual es expresar esa afectividad y satisfacer esa mutua atracción, es una grave irresponsabilidad [...] Se hace necesaria una adecuada planificación familiar y en cualquier caso, un control de la natalidad, mediante el correcto uso de métodos anticonceptivos".

El libro explica y recomienda los tipos de anticonceptivos, preservativos, la esterilización y el aborto que hoy se practican.

En su saña anticonceptiva, la obra asume aún teorías caducas y desmentidas por la realidad, como la ley de Malthus, del siglo XIX, "de que la población humana crece geométricamente y los recursos crecen aritméticamente"[3].

F. Método didáctico tendencioso

Por medio de cuestionarios equívocos, se despiertan en el chico curiosidades morbosas y se le induce a tomar una posición a favor de la moral personal del autor. Por brevedad, daremos apenas cuatro ejemplos. Se pide al joven responder:

  • Si son verdaderas o falsas 16 afirmaciones, introduciendo al joven en temas escabrosos y provocativos, que no es posible reproducir aquí.
  • "Busca información sobre otras costumbres sexuales que se dan actualmente en otras culturas no occidentales...". 
  • "¿Se puede concebir una sexualidad consigo mismo... sin la intervención de una segunda persona?"
  • "Escribe cuál debe ser el método anticonceptivo más apropiado para una pareja en cada caso que se cita: ...".

        "¡Ay del mundo por razón de los escándalos!", exclamó Nuestro Señor[4].   

G. Conclusiones

        1.º Los padres tienen el derecho y el deber de oponerse a este tipo de educación y hacer respetar en los colegios sus creencias y su moral, en lo que dice respecto a la educación sexual de sus hijos.

        2.º Los estudiantes deben manifestar su objeción de conciencia a tener que tomar conocimiento, aprender y responder cualquier pregunta en materia que contradiga u ofenda sus convicciones religiosas y morales. Por ello no pueden verse afectadas sus calificaciones.

        3.º Ningún colegio, menos aún público, puede imponer un tipo de moral subjetiva propia, como la descrita, y obligar a los alumnos a estudiar y asumir tesis o conductas, que ofenden las creencias de padres o alumnos.

[1] Rafael Yus Ramos, Editoral  Elzavir, 3.ª edición, 1997, capítulo 3, páginas 136 a 183. Esta obra no es una excepción, ni la más radical. Por ejemplo, tuvo resonancia nacional la denuncia de la distribución en colegios de Primaria de Fuenlabrada, de la pornográfica guía sexual titulada Descúbrete. Cf. ABC, 28, 29-11 y 3-12-2002.

[2] Otro ejemplo, que nos es enviado por un lector, es el libro de Ética de  4º de ESO, Editorial Bruño, edición de 2003-04.  Afirma el remitente: "En el tema 6 - que trata sobre los Problemas de tipo científico y tecnológico - cuando aborda el ABORTO (págs. 114-117), expone ideas totalmente contrarias a la moral de la Iglesia Católica. En concreto, en la página 116, se puede leer la siguiente afirmación "El aborto que se realiza por indicaciones terapéuticas no es rechazable éticamente". Consideramos que estas ideas transmitidas a los adolescentes son muy graves. En el tema de la CLONACIÓN TERAPÉUTICA también se muestra totalmente contrario  a la Doctrina de la Iglesia Católica. Así, en la página 125 se puede leer " ... No hay ningún impedimento ético a la clonación terapéutica". Para la moral y doctrina de la Iglesia Católica todo tipo de clonación (tanto la reproductiva como la terapéutica) es moral y éticamente mala, pues se manipula y de destruyen embriones humanos. Igualmente el tema de la EUTANASIA no está bien tratado, pues no contempla todo lo que la Iglesia Católica dice sobre la materia, por ejemplo, no indica nada del testamento vital, ni tampoco de los cuidados paliativos y de transmitir a los pacientes esperanza en la vida eterna".

[3] Ver la sección Demografía, núm. 4.

[4] Mt, 18-7.