arrow El gasto en pensiones que hoy ronda en un 7,5 por ciento del PIB, se estima que subirá en Europa a un 11 por ciento el año 2050.

arrow El gasto en salud, del actual 6 por ciento del PIB alcanzaría el 10 por ciento.

arrow Sobre todo, el envejecimiento conducirá a un descenso de los ingresos fiscales equivalente al 6 a 7 por ciento del PIB, en el mismo período.

De otro lado, una reciente publicación del Center for Strategic and International Studies, "The Fiscal Challenge of an Aging Industrial World", muestra que la población activa, capaz de pagar las pensiones y cuidados sanitarios de los más ancianos se reducirá drásticamente en los años venideros. En Italia, en el año 2050, caerá no menos del 43 por ciento, Japón el 34 y Alemania el 23 por ciento. El estudio alerta de que el balance entre trabajadores y jubilados  podrá conducir a una crisis de pensiones, lo que llevaría a los gobiernos a tener que aumentar los impuestos y, por lo tanto, penalizar el crecimiento económico[1].

 El combate al "problema" de la explosión demográfica se ha transformado en una bomba de tiempo para las pensiones y salud pública y para el futuro de las naciones.

 

[1] Cf. Zenit, 8-12-2001.