"Nadie se explica --afirma Vicente Verdú, en el diario El País[1]-- que habiendo aumentado masivamente la educación de los ciudadanos, la televisión siga una línea inversa. Podemos seguir quejándonos de la telebasura, clamar contra su mediocridad --continúa-- pero lo cierto es que nadie puede desconectar el aparato. Reclamar que cambie la televisión es prácticamente lo mismo que presentar una protesta contra el clima".

Evidentemente, discordamos de la conclusión de este análisis, pero no hay duda que refleja la impotencia que siente el público ante el problema de la TV. La verdad es que hay mucho para hacer, mucho para mejorar, mucho a exigir para un cambio de rumbo de 180 grados.

El malestar público es de tal manera notorio, que con frecuencia los directores y programadores se defienden y prometen mejorar los programas[2], pero, en la práctica, el público comprueba que nada es hecho.

B. Alarmantes datos sobre la audiencia televisiva de los niños

El cuarenta por ciento de los niños españoles, según el CIS, pasan cada día más de dos horas frente al televisor y empiezan a verla antes de los tres años[3]. Ellos asisten a mucha televisión por la noche. La media hora más vista (45,2% de los niños), de acuerdo a la AIMC, va desde las 22,00 hasta las 22,30 horas. El catorce por ciento de este segmento poblacional permanece ante el televisor a media noche[4].

Dos investigaciones recientes, de la Confederación de organizaciones de amas de casa, consumidores y usuarios, que emplea datos de Sofres, y otra del Consejo Audiovisual de Cataluña, llegan a los siguientes resultados:

El primer estudio cifra en 218 minutos diarios el tiempo que los menores de 14 años dedican a ver la televisión, lo que contrasta con los 300 minutos que tiene como media, de actividad lectiva en sus colegios.

El informe Catalán afirma que los niños entre 4 y 12 años dedican más tiempo a mirar la televisión que a asistir a la escuela[5].

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, sólo el 6 por ciento de los niños no ve televisión a diario[6]

En España, los chicos de 5 a 10 años ven, según un estudio presentado en el Foro Mundial de Televisión Infantil de Barcelona, dos mil actos violentos al año[7]. Asisten en televisión a un promedio de ocho mil asesinatos antes de finalizar la escuela primaria y a doscientos mil episodios de agresividad extrema al alcanzar la mayoría de edad[8].

C.  Los primeros pasos para un cambio de rumbo

El Gobierno, coincidiendo con una solicitud de muchas entidades, entre las que estaba S.O.S. Familia, estableció, en mayo de 2002, "el código de señalización orientativa de la idoneidad de la programación de televisión para menores"[9].

En febrero de 2003, S.O.S. Familia llevó a cabo una gran campaña pidiendo al entonces Presidente del Gobierno, José María Aznar, la constitución de un Consejo Audiovisual, independiente de la Administración Pública, con capacidad de regulación, de control y sanción del sector, que cuente en su composición con representantes de los telespectadores y de las asociaciones familiares.

Dicho Consejo, ya había sido recomendado por el Senado y reivindicado por partidos de Gobierno y oposición[10], por la Iglesia[11], por las asociaciones de telespectadores, e innumerables personalidades, científicos y periodistas destacados.

En septiembre de 2005, nuevamente miles de simpatizantes de S.O.S. Familia comenzaron a enviar tarjetas postales a la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, insistiendo en la pronta aprobación del Consejo Audiovisual, así como que en dicho organismo se oiga la voz de los telespectadores, se reciban sus quejas, con la obligación de investigarlas y, sobre todo, que sea independiente y con poder de sanción. Además se solicita instituir el Defensor del Telespectador y del Radioyente al igual que existe el Defensor del Pueblo o el Defensor del Menor.

Se puede decir que sin duda hay un consenso nacional para la creación de este Consejo, que, por lo demás, ya existe en la mayoría de los países europeos. Sería un primer instrumento para iniciar el radical cambio de rumbo que los graves abusos de la televisión exigen.

D. La experiencia de otros países europeos nos puede auxiliar

  • En Francia, la Comisión sobre la violencia en la televisión, integrada por educadores, juristas, filósofos, pediatras y periodistas, ha aconsejado al Gobierno prohibir completamente la violencia y la pornografía entre las 6,30 de la mañana y las 10,30 de la noche, porque "la difusión de los espectáculos violentos y pornográficos tiene una influencia peligrosa en la formación y el comportamiento de los espectadores más jóvenes... puede terminar por amenazar la integridad psicológica de los espectadores, convertidos en víctimas de un proceso de dominación autómata y destrucción de la humanidad de los individuos".
    La pornografía, además, dice el autorizado Informe, puede influir el curso normal de la evolución del cerebro, puede perturbar el equilibrio interior de los individuos y puede perturbar durablemente su concepción de la sexualidad". Las imágenes pornográficas advierte el Informe, "constituyen una forma de asalto violento a la intimidad afectiva de los niños, por la exposición demasiado precoz a la sexualidad de los adultos" 
    El mismo Informe Kriegel, propone al Ministerio de Cultura, negociar un gran pacto nacional de libertad y responsabilidad entre el Estado, los realizadores, los difusores, las familias y los educadores para intentar modificar el impacto nocivo de espectáculos violentos y pornográficos, para la formación de las nuevas generaciones amenazadas por las consecuencias devastadoras de la "polución audiovisual"[12].

  • En Italia, un llamamiento del cardenal Camilo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, para mejorar la calidad de la programación televisiva, provocó la inmediata respuesta de los responsables de la televisión pública y privada del país. El presidente de la RAI, Antonio Baldassarre, anunció que pronto aplicará un doble control de la programación de las cadenas públicas.  En cuanto el presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, prometió hacer lo posible para atender el llamamiento[13].
    Posteriormente, siguiendo la estela del Informe Kriegel, de Francia, Italia aprobó un código ético para defender a los niños de la violencia y el sexo en televisión, y un comité de control que puede llegar a aplicar a los canales altas multas e incluso la suspensión de la licencia de emisión[14]. El Gobierno italiano creó un nuevo organismo, la "Comisión de Calidad", para controlar los contenidos de la TV estatal RAI[15]. El director de ésta ha prometido "convertirnos en una televisión de calidad y recuperar la cultura"[16].

  • En Inglaterra, en cambio, las medidas se hacen esperar. Un estudio muestra  que la violencia en la televisión ha aumentado significativamente durante los últimos cuatro años, según  informó el Telegraph (25-4-2002). El incremento más marcado tuvo lugar en los programas de niños, donde hubo 6,4 escenas por hora el año pasado, contra las 4,2 de 1999 y 1,3 de 1998[17].

Por otro lado, impunemente, se multiplican los escándalos de la  TV inglesa, que proyectó la ejecución de la autopsia de un cadáver de un hombre[18], y emitirá un documental de un chino que come fetos humanos[19].

 

 

[1] 22-11-02.

[2] "En Antena 3 cabe todo aquello que pueda reflejar una programación familiar: buscamos estilo, elegancia y personalidad, y huimos de lo chabacano y lo grosero", afirma Ernesto Sáenz de Buruaga, máximo responsable de esa cadena. (ABC, 14-9-2002).

Juan Menor, director de emisiones y programas de TVE, afirma: "La decisión firme de TVE es no hacer una noche que traspase determinados límites... Si alguna vez la hemos cruzado, vamos a estar atentos para que no vuelva a suceder... Tenemos que vigilar y estar muy atentos de lo que nosotros mismos emitimos, porque como televisión pública tenemos una responsabilidad. Humor y diversión ligera, sí; otras cosas, no, aunque suene muy conservador". (ABC, 22-9-2002).

Teté Delgado, de Telecinco, consultada sobre el perfil que seguirá su programa, afirmó: "una línea blanca centrada en los sentimientos, no en el sexo [...] La gente está cansada de ver barbaridades y violencia en la televisión". (ABC, Guía Teletodo, 6 al 12-9-2002).

[3] Cf. Diario Médico, 15-1-2002.

[4] Cf. ABC, 13-6-2002.

[5]  Cfr. ABC, 9-7-2995.

[6]  Cfr. ABC, 27-4-2005.

[7] Cf. El Periódico, Barcelona, 19-11-2002.

[8] Cf. El País, 5-11-2002.

[9] ABC, 4-5-2002.

[10] El PSOE presentó en el Congreso una proposición no de ley en que solicita la creación de un Consejo Superior de los Medios Audiovisuales. (ABC, 10-1-2003). A su vez, el Gobierno está estudiando la creación de un grupo de trabajo para proteger a los menores de los  contenidos inadecuados que salen en Internet y en televisión. (ABC, 13-1-2003). El grupo parlamentario popular ha presentado al Congreso una proposición para que se realice un estudio sobre la repercusión en los niños de los programas de animación de las televisiones (La Razón, 18-1-2003).

[11] En la XXXVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, los Obispos españoles volvieron a reivindicar un Consejo de lo Audiovisual que, "gozando de la mayor representatividad social posible, velase por la calidad de los productos audiovisuales a la que tienen derecho los ciudadanos como consumidores" (Comunicado del 12-5-2002). Por su parte, Mons. Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, durante muchos años responsable de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, declaró: "Se hecha de menos un Consejo Audiovisual que corrija lo negativo de la televisión" (La Razón, 24-10-2002).                                       

[12] Cf. ABC y El País, 15-11-2002.

[13] Cf. Zenit, 17-9-2002.

[14] CF. ABC, 1-12-2002.

[15] Cf. ABC, 26-1-2003.

[16] El País, 24-1-2003.

[17] Cf. Zenit, 14-9-2002.

[18] Cf. ABC, 21-11-2002.

[19] ABC, 31-12-2002.