• Legrado o curetaje. Extracción por piezas: con un objeto afilado se corta en pedazos la criatura que es succionada por partes.

  • La píldora RU-486. Es una estearina sintética que induce el aborto. Muerto el feto, la mujer vive por lo menos una semana con él en su seno, creando una situación psicológica terrible para la madre.

  • Dilatación y Evacuación (D&E). El útero es dilatado y con tenazas especiales se desmiembra al niño, se le rompe su espina dorsal y el cráneo para extraer las partes, algunas de ellas con forceps.

  • Inyección de una solución salina fuertemente hipertónica. El niño la ingiere y se le va quemando la piel, la garganta y los órganos internos. Se mueve desesperadamente y su agonía puede durar varias horas hasta ser expelido del vientre materno, enteramente cauterizado[1].

  • Prostaglandinas. Substancias que provocan contracciones propias al parto, por la cual la madre expele el niño muerto o insuficientemente desarrollado como para sobrevivir fuera del útero materno.

  • Histerotomía o minicesárea. Como en la operación cesárea, se abre el útero y abdomen por medio de cirugía, no para salvar al niño, sino para eliminarlo[2].
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    [1] Este método actualmente es raramente practicado, pues es muy peligroso para la salud de la madre.

    [2] Cf. S.O.S. Familia, Aborto 50 preguntas - 50 respuestas. En defensa de la Vida Inocente, 1998, pp. 20-23.