El hombre no sólo quiere olvidarse de Dios, sino destruir, lo más posible, su imagen y semejanza con Él.
"Seréis como dioses" prometió la serpiente al hombre. "Al embrión humano se le trata como al de un cerdo", aseguró el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, a propósito de la aprobación de la mencionada Ley de Reproducción Asistida.
Agoniza también el concepto de "hijo" con la producción de seres humanos fuera del acto de donación entre los esposos, como se propugna y generaliza en la nueva Ley de Reproducción Asistida.
Con la misma Ley y con la de Investigación en Biomedicina que se anuncia, se abren las puertas a modificar el propio concepto de persona humana introduciendo la clonación y las fecundaciones hombre-animal.