El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Mons. Elío Sgreccia, calificó el hecho como un "acto monstruoso", haciendo un llamado a "que la comunidad científica se movilice lo más pronto posible.

La política que ha sido aprobada - continuó Mons. Sgreccia - es repugnante e irracional. Nos encontramos ante una subversión de la ética. O, mejor, con esta decisión nos quedamos completamente fuera del fin de la ética y de la humanidad", concluyó el prelado.