El éxito se debe a una campaña llamada "Educación para la Vida", promovida por una monja católica, sor Miriam Duggan, MD. El sistema no consiste en otra cosa que promover la abstinencia sexual antes del matrimonio y la fidelidad dentro de él. Esto ha ayudado a cambiar la mentalidad de la gente de Uganda.

Los resultados son evidentes: en 1992, el 18% de la población adulta sometida a análisis resultó positiva al virus del SIDA. En 2005, esa cifra bajó al 6,7%. Ningún otro país ha experimentado un descenso comparable.