"Hay un miedo a la maternidad que se apodera de una gran parte de nuestros contemporáneos. En este miedo a la maternidad hay algo profundo: el otro se convierte en la competencia que quita una parte de mi vida, una amenaza para mi ser y para mi libre desarrollo. Hoy no hay una filosofía del amor sino sólo una filosofía del egoísmo".

"Se rechaza como visión idealista la posibilidad de poderme enriquecer simplemente en la entrega, de reencontrarme a partir del otro y a través de mi ser para el otro. Justamente aquí se engaña al hombre. Se le desaconseja amar. En definitiva, se le desaconseja ser hombre". (Avvennire, Septiembre 2000).