La oración de la familia por excelencia.

     En todas las Apariciones de Fátima, la Virgen pidió que se rezase el Rosario.

     Millares de personas ya lo rezan, pero no es suficiente.

     Está en sus manos difundirlo y en las nuestras ofrecérselo.

     Pídanos rosarios para Ud., para miembros de su familia, para algún enfermo, para niños de Primera Comunión o para su parroquia. Quiero recibir.

     Desde hace ocho siglos, cuando Nuestra Señora exhortó a Santo Domingo a propagar el Rosario, millones y millones de familias, de generación en generación, han sido favorecidas por las promesas que la Santísima Virgen vinculó a la posesión y recitación de esta invencible arma de la fe.

    ¿Cree Ud. que habría tantas personas que, día a día, durante una vida entera, lo recitarían, si el Rosario no fuese extremamente eficaz?

    ¿Cree Ud. que si no sintiesen muchas veces una gran paz interior y una consolación de alma al recitarlo, serían tantos los que perseveran en rezarlo?

    Si Ud. aún no lo reza, comience hoy mismo a hacerlo y comprobará lo que le digo.

    Es una devoción muy fácil, se puede hacer en cualquier momento, en todo lugar, caminando o sentado, en un autobús o en un coche. Sobre todo, es altamente consolador y gratificante.

     ¿Aumenta la confusión, la crisis y la falta de esperanza? Nada más indicado y providencial que continuar rezándolo y difundiéndolo con redoblado entusiasmo.

   Cuento con que Ud. trate de propagar el mayor número de rosarios que pueda. Solicítenos los que desee clicando aquí.

 

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