Otra secuela previsible de esas leyes son las "uniones de conveniencia". Es decir, parejas que se registran únicamente para aprovecharse de las ventajas o para eludir prohibiciones e impedimentos establecidos por la legislación sobre el matrimonio.

El fenómeno ya preocupa a los poderes públicos con referencia al matrimonio civil. El Fiscal general del Estado lo ha denunciado como un verdadero negocio en el caso de la obtención de residencia y nacionalidad[1].

¡Cuánto más este tipo de fraude se difundirá, con la facilidad con que se hacen y deshacen las uniones de hecho! A medida que los beneficios de la familia se extiendan a las uniones de hecho, más será perjudicada la sociedad con personas que se acojan a esta ley para rebajar impuestos, obtener pensiones, asilo, residencia, nacionalidad, bonificaciones, sucesiones, etc.

 


 

[1] V. gr. El Mundo, 17-3-2002.