En el presente capítulo nos dispensamos de hacer un trabajo extenso a respecto del mayúsculo y complejo problema de las drogas, remitiendo al interesado a la vasta materia publicada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Esta entidad, fundada en 1986, que funciona bajo la presidencia de honor de S. M. la Reina Sofía, editó en 2003 su  catálogo Publicaciones de la FAD.

En más de 100 trabajos, la FAD ha tratado una inmensa gama de asuntos de gran interés. Así, por ejemplo, se estudia ampliamente la prevención del consumo de drogas y alcohol, en todos los ámbitos; los tratamientos para la drogadicción; la incidencia del consumo de drogas en la estabilidad de la familia, en la comunicación y conflictos padre-hijos, en el mundo laboral, en el tráfico, en la salud pública, en la vida social; la legislación sobre drogas en España; distracciones alternativas para los jóvenes, etc.

Es notoria, en todos estos estudios y publicaciones, la importancia primordial que la buena constitución y ordenación de la familia tienen en la prevención y cura de la drogadicción[1]. En sentido contrario, la droga destruye la familia y peor, es caldo de cultivo para las uniones efímeras e ilegítimas, y la desmoralización del propio sentido de la institución familiar.

Existen también otros importantes organismos públicos y entidades privadas y religiosas que cuidan del mismo problema, que por brevedad nos abstenemos de mencionar.

 

 

 

[1] Cf. Programa de Prevención de Drogas en el Ámbito Familiar, FAD, 1996.